China… ¿y eso, por qué?

La primera vez que vine a China fue en el año 2007. para hacer unas prácticas en el Instituto Cervantes de Beijing.  Unas horas después de aterrizar me di cuenta de que nadie hablaba ni papa de inglés, y que hasta el lenguaje corporal era diferente! Así con unos libros y una profesora empecé a estudiar chino y con los años el aprendizaje de esta lengua fascinante se ha convertido en uno de mis hobbies favoritos.

Sorprendentemente, China para mí siempre ha sido un símbolo de libertad e independencia. La gente china es fantástica: bailan y cantan en los parques, juegan a las cartas y al ajedrez chino (uno de nuestros juegos favoritos!), suben a las montañas en tacones y trajes, su snack favorito es pata de pollo picante y les encanta hacerse fotos con los extranjeros!

La inocencia de los chinos me recuerda a la de un niño. Parece que ellos saben conservar lo que nosotros perdimos a los 10 años, y esto me fascina. En el año 2014 pasé unos meses dando clases de inglés en Yangshuo (mi pueblo favorito en el sur de China). Me encantó la experiencia. Mis alumnos, que eran todos adultos de entre 25 y 55 años de edad, jugaban, chillaban, saltaban, hacían trampas y bailaban como niños: sin tener nada de vergüenza.

Por estas razones, y muchas otras, China me parece un país impresionante. Me encantan sus gentes, sus paisajes, su lengua, su comida… y me haría mucha ilusión compartir mi pasión contigo.

¡Explora China conmigo!

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